En Göreme había varios carteles en chino y japonés. Va ejemplo:


En Göreme había varios carteles en chino y japonés. Va ejemplo:
Nos quedamos en Göreme, un pueblito surreal, donde las casas hechas en los picos se mezclan con construcciones “normales”.
Muchas mujeres llevan la cabeza cubierta, pero no “a lo musulmán”, sino “a lo vieja en la feria”, con pañuelos coloridos atados debajo de la pera. Incluso las mujeres jóvenes usan ese tipo de pañuelos, pero me pareció más un tema de tradición que algo religioso. Lo que sí me pareció que se visten con “recato”, con rodillas y hombros cubiertos. A pesar del calor, se veían muchas mujeres jóvenes con ropa occidental y arriba una gabardina. Esta foto es de una mujer de unos 30 años en Pamukkale, 35 grados...! había varias como ella y también otras en bikini y otras bañándose pero con ropa.
Es un lugar que en algunos aspectos se parece a las termas de salto, con muchas familias, niños chapoteando y abuelos enfermos que van buscando curarse del reuma. La gente se cubre de cal y hace cosas que en otro contexto serían indignas, pero que se aceptan porque bueno, es Pamukkale y está lleno de chinos. Je.
Llegué a Turquía con todo el prejuicio en contra de los turcos. Genocidio armenio y gesto adusto mediante, pensé que iba a ser un pueblo distante, cagador, cerrado, pero nada que ver, al menos en lo que vimos hasta ahora que todavía no fuimos a Estambul. Nos resultaron muy amables, siempre dispuestos a dar una mano. El bondi de 10 horas que nos llevaba de Pamukkale a Cappadocia se rompió y a pesar de la incomodidad y las largas horas de espera, nadie se desesperó, la gente se ayudaba entre sí y estaban re tranquilos. Cuando vino el nuevo bondi (porque el otro no tenía arreglo) hubo como 4 tipos que quedaron sin asiento y durmieron en el pasillo y ninguno se quejó, sino que ayudaban a pasar agua para los que estaban atrás.
Nuestro último día en Grecia salimos de Santorini en un ferry a la una de la mañana, a las 9 llegamos a Kos y de ahí enganchamos un barco hacia Bodrum, una ciudad turca sobre el Egeo donde casi no estuvimos, porque encontramos enseguida un bondi que iba a Pamukkale, el primer lugar de Turquía que habíamos planificado visitar,
En el poco rato que estuvimos en Bodrum me sentí de nuevo en Asia. Es una ciudad moderna, prolija, con McDonald’s y Burger King, pero donde se regatean los precios y los vendedores salen a tu encuentro. Me encanta. Me encantó llegar a la estación de ómnibus buscando el primero con destino a Pamukkale y encontrar una compañía con un viejo sin dientes que enseguida nos consiguió un bondi que salía en veinte minutos, él mismo agarró nuestras valijas, las subió al bondi y nos dijo dónde comprar agua porque estábamos de lengua afuera. Así nunca van a entrar a la Unión Europea, je.
Me encanta enfrentarme a ese tipo de culturas, tan distintas, donde cada paseo es una aventura. Sé que en Europa hay mil otras cosas que son geniales, pero me encanta ese qué sé yo de Asia (y no me refiero al curry, je!)
Estuvimos en Mykonos y en Santorini, Van fotitos:
Atenas y especialmente las islas resultaron fascinantes para los sentidos: todo es “lindo”: la gente es linda, las callecitas son lindas, los paisajes son lindos, la comida es rica y en todos lados hay rico olor: la gente usa perfume, abundan las panaderías y los lugares de comida rica, Aggh…! No hay duda que somos occidentales hasta el caracú.
Me resultó muy divertido “leer” en griego, ir descubriendo que la “P” se pronuncia como “R” y decir: “claro, es la “ro” del coeficiente de correlación lineal”. Jeje, es muy nerd, pero me divirtió.
Atenas me gustó mucho, contrariamente a lo que esperaba. Me habían hablado de ella como una ciudad sucia, desordenada, desprolija. Encima, en los días anteriores a nuestra llegada hubo muchas manifestaciones cruentas en contra de la aprobación de la ley “austera” que le permitió a Grecia acceder a la ayuda de los demás países de la Unión Europea y evitar entrar en default (hablando de eso, en la tele griega vi una sección en que preguntaban a turistas su opinión y apareció un argentino hablando inglés con tremeeeendo acento argentino, contando que a ellos les había pasado algo así en el 2001, con un aire de “te lo digo porque ya la viví” muy salado!). Con los imágenes de la tele, sumadas a las escasas expectativas que tenía ya de antes, mi idea era casi salir corriendo en busca de un ferry hacia las islas.
Capaz que por eso, Atenas me pareció una ciudad muy linda: moderna, a escala humana y bien cuidada. La acrópolis me pareció impactante y el hecho de que esté en plena ciudad contribuye al encanto.
Estuve en el aeropuerto de Atenas como 6 horas, esperando que llegara el vuelo de Andrés. En ese rato –larguísimo!-, me pasó algo que nunca pensé que me iba a pasar: me sentí como en casa. La sensación ya empezó en el vuelo de Olimpic Airlines, cuando sirvieron una pechuga de pollo con ensalada de lechuga, repollo, zanahoria y tomates cherry, con aceite de oliva, sal y vinagre como aderezos. Nada de curry, ni pepino, ni cosas picantes, sólo una ensaladita como la que uno se prepararía en casa.
En el aeropuerto, fueron los idiomas. Sentía a un grupo conversando a lo lejos y pensaba: ¡son uruguayos! Pero escuchaba con más atención y me daba cuenta que ni siquiera estaban hablando en español, si no que era algún idioma europeo. Era el sonido latino, las vocales abiertas, el tono de la voz de la gente. Es difícil de explicar, pero los sonidos de los idiomas asiáticos son totalmente distintos a los europeos y la gente pone la voz de formas “raras”: voz de pito o voz inexpresiva, no sé, de forma que los sonidos resultan extraños, extranjeros a todas luces.
Después, fueron las caras. Me parecía ver gente del grupo de viaje en todos lados, cosa que jamás pasaba en otros aeropuertos, donde era evidente quiénes éramos uruguayos y quienes no. También vi primos, tíos, vecinos y choferes de cutcsa, y no sólo en españoles e italianos, si no también en gente de otros lados.
Para rematar, el clima es re parecido a Uruguay en verano! Calor de día y fresquito de noche. Desempolvé (literalmente) el bucito de media estación, que desde China no había usado, salvo en los vuelos. La diferencia con Uruguay es que no llueve y no hay nubes, los días fueron siempre lindos, como un 2 de enero lindo.
En enero fue la revolución que sacó a Mubarak del poder, y la cosa todavía está convulsionada. Fue el único país en el que había tipos armados siempre con nosotros. Esta foto es en una visita a un poblado nubio del sur del recorrido que hicimos por el Nilo.
Después, por ejemplo, cuando fuimos al templo de Abu Simbel (me encantó!), fuimos con un convoy de policía, en caravana. Además, en la entrada de los hoteles hay policías con perros que huelen los autos, buscando explosivos. Todo eso genera un clima que no es el más lindo para recorrer, pero no fue ese el principal problema.
Egipto es el país más turístico de todos los que visitamos. La fuente principal de ingresos de Egipto es el petróleo, luego el Canal de Suez y en tercer lugar el turismo. Reciben millones de turistas al año (justo ahora no por lo de la revolución, lo que estuvo bueno porque estábamos prácticamente solos en todas las visitas) y justamente por eso no se puede creer lo poco amigables que resultan para el turismo. Los tipos tienen una historia salada, milenios y milenios de cultura, templos de decenas de siglos, pero no encontrás casi ningún cartel explicativo de nada, los guías (al menos los que tuvimos nosotros) eran malos y básicamente no hay nada de “valor agregado” a lo que se ve, que es espectacular, pero sin una explicación uno se pierde en gran medida el sentido de lo que está viendo. El museo del Cairo, donde tienen muchas de las cosas que sacaron de los templos y tumbas (lo que no se llevaron los europeos), es horrible, parece un depósito desordenado. Tienen cartelitos explicativos hechos de cartulina amarillenta que algún día supo ser blanca, escritos con máquina de escribir. Falta un hilo conductor, explicaciones, no sé. Habiendo tanto museo de cualquier cosa lindo en el mundo, es una lástima que no lo arreglen.
Después, está lleno lleno lleno lleno de vendedores y son muy muy muy muy pesados. Va esta fotito:
Esta narración está re negativa, pero la verdad que fue el sentimiento que me dejó… Están en la chiquita, te tratan de currar en todo. A una amiga la subieron a prepo arriba de un camello en las pirámides y después le querían cobrar 100 libras (300 pesos uruguayos); a otro compañero le robaron de la billetera cuando sacaba un billete para pagarles… Los guías fueron los peores que tuvimos, vendiendo agua y colgantes arriba del ómnibus.
Otro problema es el machismo: los hombres son re babosos, no se puede salir a la calle porque no te dejan ni caminar, te asedian todo el tiempo.
En fin… ahora subo alguna cosita más linda de Egipto, porque en realidad estuvo bueno!
El clima en Dubai (en esta época) es insoportable, un calor de cagarseeee! Peor que en India! Hay más de 40 grados y muchísima humedad, respirás y parece que estuvieras en un sauna. En las calles no hay veredas donde camine la gente, todo son autopistas enormes con varios carriles por donde circulan pelotudos autos. Un día fuimos a la playa, es en el mar arábigo. Nunca había entrado a un agua de mar tan caliente y salada, salado! Era como agua sacada del calefón!
Pasear por el shopping es un espectáculo en sí mismo, una mezcla de culturas salada! Ves mujeres todas cubiertas, de las que sólo se le ven los ojos y de las que se cubren sólo la cabeza. Las ves comprando en tiendas con ropa occidental, gastando muchísima plata. El 85% de la gente que vive en Dubai es extranjera. Para obtener una visa de trabajo hay que presentar una solicitud de un garante (la persona que contrata). Los tipos no tienen desempleo, porque si se pierde el empleo, se pierde automáticamente la visa y se debe abandonar el país. Si se es extranjero, no se puede vivir en el país si no se tiene algún tipo de empleo o empresa. Para poner una empresa, se debe dar la mayoría accionaria al Jeque y cumplir ciertas regulaciones en cuanto a condiciones de trabajo y un porcentaje de los empleados deben ser de los Emiratos. Existen como 20 zonas francas donde no se aplican estos mínimos, por lo que la mayoría de las empresas se ubican ahí. Hay muchos inmigrantes de India y Filipinas, especialmente en los empleos menos calificados. También hay bastantes sudamericanos, generalmente como profesionales. Me da la sensación que para esta gente, Dubai es un lugar “de paso”, donde hacer plata, pero no como para proyectar una vida ahí.
Esta foto es de una vidriera de una tienda de ropa para niños en un shopping:
Yo no tenía mucha idea, Dubai es un emirato de los Emiratos Árabes Unidos. En cada emirato hay un jeque que es dueño de la tierra y de gran parte de los que hay en ella, incluyendo el petróleo. Yo tenía el prejuicio de que iba a ser todo un despilfarro de la plata fácil del petróleo y creo que en parte es así, pero se ve que los tipos han invertido en infraestructura, en turismo y aparentemente en otras producciones además del petróleo, lo que hace que en Abu Dabi (que es la capital de los emiratos) el petróleo sea “sólo” el 30% del PBI. En Dubai es “un poco más”, no sé bien cuánto. El nivel de consumo que tienen los tipos es impresionante, un lujo excesivo en todo, y a lo jeque, todo exuberante. Ponele que en la mitad del shopping tienen una escultura de Bottero! La foto es mala, pero vale la pena. El que se ve atrás es el edificio más alto del mundo.
Lo increíble es la historia corta que tiene Dubai. Era una ciudad chica que vivía de la búsqueda de perlas en el mar arábigo, hasta que en la década del ’60 del siglo XX se descubrió el petróleo. En las décadas siguientes la ciudad pasó de ser un pequeño pueblo, a tener rascacielos impresionantes (entre ellos el edificio más alto del mundo), hoteles 5 estrellas (y hasta uno de 7 estrellas) y 60 centros comerciales en una ciudad de 1 millón y medio de habitantes. Sobre todo en la década del ’90, la ciudad creció explosivamente y todavía tienen problemas importantes de planeamiento urbano. Por ejemplo, no existen las direcciones postales, la correspondencia se envía a casillas postales en la oficina de correos o poniendo el nombre del edificio y alguna otra referencia. La infraestructura es excelente y ordenada, casi en todos los casos son inversiones privadas que el Jeque licita. La ciudad está en crecimiento y en permanente construcción. Un día que teníamos libre, alquilamos un auto para recorrer Dubai y otros emiratos cercanos y nos encontramos en varios puntos con carreteras excelentes que terminan en la nada, porque recién se están construyendo. También se veían varias obras paradas, supuestamente por la crisis inmobiliaria internacional.
En Dubai el Estado es el Jeque, a lo señor feudal. El único impuesto que existe es un 5% a la importación. Los “emiratis” (de nacionalidad de ahí, que no son todos los nacidos en los Emiratos Árabes Unidos si no los árabes: los hijos de extranjeros nacidos ahí son extranjeros) tienen los servicios básicos (educación y salud) cubiertos gratuitamente, pero los extranjeros deben atenderse en el sector privado, que es caro. No existe seguridad social y no hay viejos, porque al jubilarse los extranjeros deben irse del país y a los emiratis mucho no se los ve.