Atenas y especialmente las islas resultaron fascinantes para los sentidos: todo es “lindo”: la gente es linda, las callecitas son lindas, los paisajes son lindos, la comida es rica y en todos lados hay rico olor: la gente usa perfume, abundan las panaderías y los lugares de comida rica, Aggh…! No hay duda que somos occidentales hasta el caracú.
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