lunes, 11 de julio de 2011

Egipto (lo malo)

Egipto no me gustó. Claro que yo ya estaba con ganas de bajarme del grupo y encontrarme con Andrés, pero la verdad no disfruté mucho. En sí de Egipto conocí poco, porque lo que más recorrimos fueron templos y ruinas. Son interesantísimas, es increíble estar pisando piedras puestas hace 5.000 años y tallados en la pared impecables del 2.000 AC. Pero me faltó conocer las ciudades vivas, el Egipto de hoy.

En enero fue la revolución que sacó a Mubarak del poder, y la cosa todavía está convulsionada. Fue el único país en el que había tipos armados siempre con nosotros. Esta foto es en una visita a un poblado nubio del sur del recorrido que hicimos por el Nilo.

Después, por ejemplo, cuando fuimos al templo de Abu Simbel (me encantó!), fuimos con un convoy de policía, en caravana. Además, en la entrada de los hoteles hay policías con perros que huelen los autos, buscando explosivos. Todo eso genera un clima que no es el más lindo para recorrer, pero no fue ese el principal problema.

Egipto es el país más turístico de todos los que visitamos. La fuente principal de ingresos de Egipto es el petróleo, luego el Canal de Suez y en tercer lugar el turismo. Reciben millones de turistas al año (justo ahora no por lo de la revolución, lo que estuvo bueno porque estábamos prácticamente solos en todas las visitas) y justamente por eso no se puede creer lo poco amigables que resultan para el turismo. Los tipos tienen una historia salada, milenios y milenios de cultura, templos de decenas de siglos, pero no encontrás casi ningún cartel explicativo de nada, los guías (al menos los que tuvimos nosotros) eran malos y básicamente no hay nada de “valor agregado” a lo que se ve, que es espectacular, pero sin una explicación uno se pierde en gran medida el sentido de lo que está viendo. El museo del Cairo, donde tienen muchas de las cosas que sacaron de los templos y tumbas (lo que no se llevaron los europeos), es horrible, parece un depósito desordenado. Tienen cartelitos explicativos hechos de cartulina amarillenta que algún día supo ser blanca, escritos con máquina de escribir. Falta un hilo conductor, explicaciones, no sé. Habiendo tanto museo de cualquier cosa lindo en el mundo, es una lástima que no lo arreglen.

Después, está lleno lleno lleno lleno de vendedores y son muy muy muy muy pesados. Va esta fotito:

Los vendedores en india eran pesados, pero estos superaban cualquier límite. Es cierto que están desesperados porque el turismo ha caído mucho desde la revolución, pero son muy invasivos y groseros y arrancan el regateo en niveles altísimos. Resulta agotador, te sacan las ganas que puedas tener de comprar algo. En algunos puestos había un cartel muy gracioso, que no pude fotografiar. Decía “no hassle”, que significa algo así como que no te van a pesadear. Increíble que lo tengan que aclarar! Después había algunos vendedores que te decían “mirar, no agobiar”. Es increíble la cantidad de idiomas que manejan. Veían que hablábamos español y decían “hola, Maricarmen (por ejemplo, otro que usaban mucho era Marta, y de hombre Pedro o Carlos), mira estos pendientes. Un euro, venga, no seas tacaña”. Increible.

Esta narración está re negativa, pero la verdad que fue el sentimiento que me dejó… Están en la chiquita, te tratan de currar en todo. A una amiga la subieron a prepo arriba de un camello en las pirámides y después le querían cobrar 100 libras (300 pesos uruguayos); a otro compañero le robaron de la billetera cuando sacaba un billete para pagarles… Los guías fueron los peores que tuvimos, vendiendo agua y colgantes arriba del ómnibus.

Otro problema es el machismo: los hombres son re babosos, no se puede salir a la calle porque no te dejan ni caminar, te asedian todo el tiempo.

En fin… ahora subo alguna cosita más linda de Egipto, porque en realidad estuvo bueno!

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