lunes, 30 de mayo de 2011

Kuala Lumpur


Poco para decir. Fuimos como escala antes de ir a Phuket, para llegar a Phi Phi y nos quedamos dos noches ahí. Tenía muy pocas ganas de ir porque me quería quedar en Camboya, recorrerla más.

Veníamos de un mes de movernos por tierra, habíamos recorrido varios miles de kilómetros, disfrutando de los cambios graduales, de ir viendo terrenos áridos convertirse en praderas de a poco. Hasta ese momento los cambios más bruscos se habían dado al atravesar las fronteras China/Vietnam y Vietnam/Camboya, pero el cambio de subirse al avión en Camboya y bajar en Malasya, fue salado, no me gustó.

Kuala Lumpur es una ciudad moderna, que básicamente se formó a fines del siglo XIX y creció en el XX. Es una ciudad linda y cuidada, pero para mi gusto, le falta encanto.

Lo que más me gustó fue la convivencia de culturas que hay. La población se divide en tres grandes grupos:

- Chinos

- Indios

- Musulmanes.

Está bueno porque conviven pacíficamente y es común ver una china de minifalda al lado de una musulmana toda tapada y en seguida una india con el tercer ojo rojo en la frente. Vi avisos de celulares, por ejemplo, que mostraban amigos de los tres grupos, compartiendo.

Dentro de los musulmanes, hay de todo: mujeres de burka, que sólo muestran los ojos (maquilladísimos) en pareja con hombres de bermudas y gorrito de vicera, mujeres vestidas a lo “virgen María” en pleno shopping tecnológico, mujeres vestidas al estilo occidental y con un velo moderno, a juego con el resto de la ropa, a veces con estampados o lentejuelas.



Creo que los musulmanes son el grupo más influyente en las costumbres: el alcohol es carísimo porque tiene muchos impuestos y en muchos lugares ni siquiera venden. Veníamos de Camboya, donde en cualquier bar lindo se podía tomar un chop de cerveza helada por medio dólar y pasamos a 7 dólares el chop, ó 3 en happy hour (de tarde).

Al lado de los vietnamitas y camboyanos, los malayos nos parecieron los reyes de la mala onda. Tal vez sea por lo de gran ciudad, pero eran muy antipáticos.

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