sábado, 10 de septiembre de 2011

Auschwitz

Los campos de exterminio de Auschwitz-Birkenau quedan en Polonia, en un pueblo que se llama Oswiecim, a unos 50 km de Krakovia. Es gratis visitarlos, y se puede ver los lugares donde vivían los prisioneros y además es un museo sobre los años de la ocupación nazi en Polonia.
Realmente es muy impactante estar ahí, es un lugar con una energía muy especial, supongo que por el sufrimiento de toda la gente que estuvo y murió ahí y por el respeto y la conmoción que sentimos todos los que visitamos el lugar. Es un lugar turístico pero sin la efervescencia y el consumismo que suele caracterizar a un lugar al que acude tanta gente.
Desde la entrada, con el famoso cartel de "El trabajo los hará libres", te va poniendo en clima...
Y sobre todo se palpita el dolor de la gente.
Se puede palpar la desesperación que debieron sentir los prisioneros en ese lugar, y, aunque uno ya conozca la historia de la segunda guerra mundial, en Auschwitz se dimensiona de otra forma la locura:
No tengo fotos de adentro porque el lugar me impactó mucho y ante todo el dolor que se puede percibir ahí, no tenía ni ganas de sacar fotos. El único motivo que me llamaba a capturar esas imágenes era poder transmitirlas después, pero creo que es una experiencia que difícilmente pueda transmitirse en una imagen, porque se pierde la energía que hay ahí, que creo que es lo más impactante.
Los pasillos están cubiertos de fotos de prisioneros, sólo la cara, con un nombre, una ocupación, la causa por la que fueron llevados a Auschwitz (polacos reveldes, judíos, negros, homosexuales, prisioneros políticos), una fecha de nacimiento y casi siempre una fecha de muerte.
Una de los edificios donde vivían los prisioneros tiene una exhibición que se llama "pruebas materiales del delito" (como si hiciera falta!), donde se muestran en distintas habitaciones las pertenencias de los tipos. Así, te encontrás con una habitación llena llena llena de peines. Detrás de cada peine, una cabeza. Detrás de cada cabeza, una persona, una historia.
Otra habitación, repleta de zapatos. Una urna llena de betún de zapatos, porque los tipos iban engañados creyendo que iban a estar presos pero evidentemente en otras condiciones, y no que era un plan de exterminio sistemático. Una habitación repleta de valijas con los nombres de los dueños. Una urna con lentes. Un cuarto con ropa de bebé.
Lo que más me impactó fue un cuarto lleno de pelo de mujeres. El pelo fue encontrado en un galpón, en bolsas de arpillera. Antes de matar a las mujeres en la cámara de gas, las rapaban y el pelo lo vendían a la industria textil. Así de cruel.
Salí de ahí con el corazón apretado y con la sensación de que el mundo está loco y que el ser humano es una mierda.

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