domingo, 24 de abril de 2011

Fascinante y enloquecedora

Shanghai es frenética, las bocinas son permanentes, la gente corre de un lado a otro, sin mirarse, sin pedir permiso. Eso me hace estar en permanente alerta, tensionada. De todos modos, es un crisol de olores, sonidos, imágenes que no deja de admirarme. Estoy en Shanghai. Que lo parió!

Shanghai se formó como gran ciudad a partir de mediados del siglo XIX, con la guerra del opio que terminó con Inglaterra, Francia y Estados Unidos repartiéndose secciones de la ciudad. El comercio es su motor.

La ciudad y la gente se comportan como nuevos ricos. La ciudad ostenta su modernidad, parece gritar que está mirando al futuro, en constante transformación. La gente se viste “bien” al estilo occidental, con buena ropa, peinados modernos. El consumo es permanente.

Se ven algunos excluidos, gente en la calle, pidiendo ante las multitudes que caminan sin detenerse.

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