El primer día que llegué a Shanghai, golpeada por el jet lag y los olores, quedé inapetente. Cualquier cosa me generaba nauseas. De a poco, sin embargo, fui recuperando las ganas de comer.
Siempre creí que iba a querer probar nuevas cosas y que los olores no serían problema, pero me equivoqué feo! Estoy a puro arrollado primavera, arroz con huevo, zapallo frito, sánguche de subway y hamburguesa con queso…
jajaja! dale nani animate a comer hot-dogs! que ahí venden los posta!
ResponderEliminarJaja, no, eso es acá en Vietnam!
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